Los sabores del queso están clasificados en suave, medio y fuerte. Todos estos sabores dependen de la curación del queso, los condimentos con los que esté hecho o el tipo de leche utilizado, siendo las más comunes las de vaca, cabra y oveja (aunque hay paises en los que se usa la leche de camello o de otros animales).
Los quesos con un sabor fuerte y persistente suelen ser sobre todo los quesos de cabra u oveja, y además sin son con una maduración curada. Los quesos más suaves son los tiernos, los de mezcla o los de leche de vaca, aunque algún queso tierno pudiera tener un sabor un poco picante, según los condimentos y especias que se hayan empleado en su elaboración.
En definitiva y aunque hay quesos que de lo fuertes que son se merecerían otra categoria, vamos a clasificarlos en tres:
El queso fuerte es el de mayor curación, suele ir asociado a un olor fuerte e intenso. Si lo queremos acompañar en una comida, sobre todo se acompaña con vinos tintos con cuerpo (y se agradece un buen trozo de pan).
Este tipo de queso de sabor medio suele ser semicurado aunque también se puede dar el caso de estar curado y no estar fuerte. Va acompañado sobre todo de tinto joven o rosado.
Es un queso generalmente que no ha sufrido ninguna transformación y fermentación salvo la láctica.